¿hay algo más íntimo que el auto-retrato?
Normalmente nos aproximamos a la obra de Angélica Liddell a través de sus creaciones escénicas. Esto es lo habitual: panorámicas amplias y complejas. Con estas fotografías accedemos de otra manera al paisaje poético de la Angélica Liddell. En escena nos muestra, y aquí ante sus fotografías nos permite entrar de golpe en un instante íntimo; sabemos que es sólo eso, un instante de todo un movimiento inmenso e inalcanzable, que se mantiene oculto e inaccesible.
Con esta exposición tenemos sin duda el privilegio de entrar por otra puerta al mundo que esconde la obra de Angélica Liddell.
y esas palabras, que se me antojan, aún más intimas
Soy devoradora por lo que miro
Dios es mi caníbal
No hiciste del aire un torbellino,
pero todavía me queda Tu imagen.
Jamás hubo mejor premio para los vencidos
He encendido todas las estrellas.
Pido socorro para que me desuelles.
Cuando te lleves las manos a la cabeza
tu cara quedará manchada de sangre
y la piedad reinará sobre la tierra.
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