22.4.11

yo quiero uno de igual

De piedra me quedé cuando vi a este señor derrochando sus líquidos con esta potencia. Desbordando el asiento, con sus carnes de macho poderoso estaba en medio de la naturaleza. No moví ni un músculo, ni un dedo, ni la respiración, ni… me daba miedo truncar su actividad “intima”.