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EL DÍA QUE CONOCÍ A WOODY ALLEN
"Desde la ventana.
Julio va por el patio de
la mano de una cuidadora. Le da de comer a las palomas y acuden todas, todas.
A duras penas anda con
las piernas dobladas y no puede ni soñar con darle una patada a la paloma más
torpe, sin embargo, con una voz potente todavía:
- ¡Putas palomas! No
dejaba ni una, no dejaba ni una… ¡Ratas voladoras! ¡Ratas voladoras!
¿Dónde está la rama de olivo?
¿Dónde está el Espíritu Santo?
Un palomo con su buche
inflado y el cuello alto, altanero, persigue a una paloma.
- Volando voy, volando
vengo…
La paloma despliega su cola
y sus alas y vuela, el palomo hace lo mismo y la sigue. Entre las hojas secas
del eucalipto copulan.
- ¡Viejo yo!, ¡Viejo yo!
Parece que tengo veinte años. ¡Ratas voladoras! No dejaba ni una. ¡Putas
palomas!
Con sus manos temblorosas
va dejando caer el maíz y las palomas, como juguetes de cuerda, lo siguen como
a un desconocido flautista.
- ¡Ratas voladoras! ¡Ratas
voladoras! ¡Putas palomas!"
Jesús eres mi héroe !!!